Toyo Ito y el despacho de arquitectos B720 han sido los encargados de diseñar estos excepcionales rascacielos que sirven a modo de puerta de entrada de la Fira de Barcelona. El primero, un edificio en contorsión que pretende evocar a una rosa que se abre, es un hotel de 27 plantas y 113 metros de altura. Destaca su fachada tubular que, vista desde lejos, da la impresión de ser de terciopelo.
El segundo edificio (izquierda en fotos superiores), una torre de oficinas de 24 plantas y 113 metros de altura también, se trata de una estructura más sobria en la que destaca un cuerpo central rojo que no es otra cosa que el reflejo de su torre gemela. Ambos edificios crean un juego de luces y formas absolutamente maravilloso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario