Mide 88 metros de altura y destaca por su espectacular voladizo que se sostiene sobre el vacío y por su volumetría particular: según el ángulo desde donde se mire parece un edificio por completo distinto. Se organiza en tres edificios de cristal ensamblados entre sí. Su característica principal tiene que ver con el revestimiento de cristal, fabricado específicamente para darle una deformación milimétrica reflectante que crea imágenes cambiantes “que oscilan como si fueran una llama de gas”, según comenta Benedetta Tagliablue, coautora del proyecto
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